El documento de Recomendaciones para el manejo de la pandemia que se acaba de presentar es muy interesante. Vale mucho la pena leerlo. Es un documento muy valioso en sus partes técnicas y médicas. Pero adolece del típico desprecio por la vida y los derechos humanos de las personas trabajadoras, tan común en nuestros tiempos. En la sección de Recomendaciones, el segundo tema trata de acciones específicas a implementar en las empresas del sector privado, instituciones públicas, actividades comerciales de alimentos y productos de primera necesidad, transporte público, sector educativo, y población confinada. Dado que una parte muy importante de la población mantiene la movilidad por trabajar, este tema es estratégico para el manejo de la pandemia, ¿cierto?
Pues resulta que este segundo tema, sólo incluye la pregunta que da origen al tema. Ni una palabra más. ¡¡Ni una!! Sólo más adelante, en "Recomendaciones de participantes", la Doctora Carpio Ríos hizo referencia a este tema en la experiencia del Gobierno del Estado de México. No hizo recomendación alguna, mucho menos recomendaciones de acciones específicas. Solo refirió la creación de protocolos para espacios laborales seguros (sin dar detalle de las acciones mínimas contenidas), la creación de comités de seguridad e higiene (sin indicar pero al parecer distintos a las comisiones mixtas de seguridad e higiene, lo que supone que son comités unilaterales de la patronal en violación de la letra y espíritu de la Reforma a la Justicia Laboral y los Derechos Colectivos de 2019), y la importancia de la comunicación con las cámaras empresariales (sin mencionar comunicación con sindicatos, otras organizaciones laborales ni organizaciones de sociedad civil). Así este país. 143 páginas y un tema estratégico como es que la gente no se contagie por tener que trabajar para vivir no recibe una sola recomendación.